Como cuesta volver...

Hola a todos,
Sé que es un poco tarde para escribir, después de dos semanas ya en España, pero al final tampoco escribimos mucho porque en Meconta no teníamos acceso a internet, así que ahí van 4 líneas intentando resumir la experiencia.

Para mí ha sido una experiencia genial, encontré lo que iba buscando y con creces.
No sólo hemos trabajado para los niños y jóvenes mozambicanos, sino que hemos trabajado CON ellos, hemos compartido, convivido, hecho amigos y familia...

Será muy difícil olvidar a Frei Alberto, Altamiro, Ivonne y los 11 aspirantes con los que vivimos en Khongolote, fueron nuestra familia, las charlas después de la cena, los partidos de España, los juegos, los ratos de explicación de inglés o matemáticas... Tampoco a todos los amigos: Cándida, Mónica, Domingas, Reginaldo, entre otros, gente joven como nosotros, con otro futuro, con otros problemas diarios, otras realidades pero amigos que seguirán con nosotros y en la distancia para siempre...
Que decir de Frei Severino, prior de Meconta, con sus chascarrillos que aprendió en Colombia, sus chistes, las partidas de cartas, y su paciencia y modo de ver las cosas con calma después de 8 años trabajando en África. Aprendí mucho de él.

Antes remarcaba el CON porque para mí ha sido algo fundamental en este viaje, ha sido genial poder compartir la experiencia, vivirla, junto a ellos, con ellos, trabajar codo con codo, animarles a continuar el trabajo depués de nuestra marcha, animarles a ser voluntarios allí en el Sur, sin necesidad de alguien del norte, a mostrarles que el cambio está en sus manos, junto con las nuestras... Nunca íbamos los 5 "sozinhos", siempre nos acompañaba alguien, nos han cuidado mucho, como familia, y en el fondo es lo que somos, somos familia carmelita, a mucha distancia pero con los brazos abiertos para todos nosotros.

El sentirme familia carmelita tan fuerte es algo que también me ha emocionado, verdaderamente el Carmelo es grande y tiene gente muy grande.

No sé que más contar, se me hace duro pensar en Mozambique como algo pasado, verdaderamente creo que no lo es, será algo que permanezca en nosotros, ahora al oir hablar de ese país no será igual que antes, nuestro corazón se encogerá y pondrá rostro...

Acabo aqui, gracias a todos, a Karit por confiar en nosotros, por creer en nosotros. Grcias a David por preocuparse, a Esther y Jose Luis por cuidarnos, por el blog.
Gracias a los padres brasileiros por acogernos también, tanto que haga tan dura la vuelta.
Gracias a la Virgen del Carmen por poner en mi camino esta experiencia, a Karit y a toda la gente que allí conocimos. Gracias.